Juan V de Portugal, el Magnánimo

Juan V de Portugal

Muchos reyes importantes han pasado por Portugal, pero Juan V es quizá uno de los más recordados. Este hombre, apodado como el Magnánimo, fue rey de Portugal desde 1706 hasta 1750, un largo reinado que trajo muchas riquezas y prosperidad al país luso.

Juan V era hijo de Pedro II de Portugal y María Sofía Isabel de Saboya. Subió al trono tras la muerte de su padre, momento en el que pidió la mano de la hermana del emperador Leopoldo II, la archiduquesa doña María Ana de Austria.

Eran momentos duros para Portugal. El tesoro estaba realmente exhausto por culpa de los gastos extra de la Restauración. Asimismo, había un malestar general contra el gobierno por culpa de los retrasos en pagos a los funcionarios y al ejército.

Fuera de las fronteras lusas las cosas tampoco pintaban bien. La Guerra de Sucesión española tambaleaba toda la península. Una guerra en la que además, el padre de Juan V, Pedro II, había tomado una parte activa.

Por suerte, con la llegada de Juan V la cosa cambió. Su reinado, bastante largo, se caracterizó por un aumento considerable del poder del rey gracias a los ingresos que obtuvieron de oro y plata de sus colonias en Brasil; y es que la mitad de cada tonelada extraída en estas tierras pertenecía a la corona mientras que la otra mitad se dividía entre los propietarios y la administración pública. Ello hizo que el rey prescindiera finalmente de las Cortes, convirtiéndose en una figura absolutista.

Utilizó parte del tesoro real para intentar desarrollar la economía portuguesa. Asimismo, también destacaba por ser uno de los príncipes mejor educados de su época, algo que se tradujo en un apoyo considerable a las artes y a los intelectuales, algo que se tradujo como un intento de recuperación del prestigio perdido ante el resto de Europa.

En cuanto a la política exterior, Juan V tenía claro dos máximas. Para empezar, evitar cualquier conflicto europeo manteniéndose neutral. Asimismo, también destacó por sus negociaciones con el Vaticano para obtener el reconocimiento del poder legal.

Su educación y refinamiento era conocida en toda Europa. Así, su reinado fue famoso por intentar imitar en parte las costumbres de la corte francesa de Luis XIV. Lo cierto es que tanto oro y platas venidas de Brasil permitían que Juan V pudiera aspirar a una corte llena de lujos y comodidades como la francesa. Así, terminaría construyéndose su propio Versalles, el conocido como Palacio de Mafra. Cabe destacar que el amor por la arquitectura francesa de esta época dio lugar a un barroco francés de estilo propio conocido como estilo Juan V.

Por tanto, podemos asegurar que durante el reinado de este rey, Portugal vivió una época dorada llena de lujos y un excelente saneamiento de sus cuentas.

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