Isla de Santa María, la más soleada de las Azores
En las islas Azores, dejando San Miguel y después de viajar cerca de quince minutos en avión se llega al aeropuerto internacional de la isla de Santa María. Esta isla es la tercera más pequeña de las islas Azores y tiene un área aproximada de 92 kilómetros cuadrados. La primera sensación que se tiene la llegar allí es de tranquilidad y paz, algo que es muy común en este archipiélago de Portugal.
Los paisajes de la isla de Santa María presentan varios contrastes que van desde las planicies de su mitad occidental, en donde se encuentran el aeropuerto y las villas de San Pedro, Almagreira y Vila do Porto, y la irregularidad de su lado occidental en donde se encuentran las poblaciones de Santo Espírito y Santa Bárbara, así como el punto más alto que es llamado el «Pico Alto».
El clima de esta isla es similar al de las otras ocho islas, pero al ser Santa María la que queda más hacia el sur es un poco más seca y soleada. En la parte de arquitectura, los turistas pueden quedar fascinados con las casas blancas con sus chimeneas blancas que están decoradas con unos toques finales que recuerdan el encaje y que revelan el origen de sus primeros habitantes, que fueron del Algarve.
Por todo lo largo de la isla se pueden ver varios ejemplos del legado arquitectónico que marcan la historia de las Islas Azores. Entre ellas se destaca la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o Nossa Senhora da Assunção, que es una de las más importantes de Santa María y cuya construcción empezó cerca del final del siglo quince.
También se recomienda visitar el Convento de San Francisco que en la actualidad brinda algunos servicios públicos y que fue fundado en 1607, destruido por piratas en 1616 y reconstruido en 1725. Junto a este convento se encuentra Nuestra Señora de la Victoria que es un hermoso panel de mosaico que data del siglo diecisiete y que muestra los milagros de San Antonio.
Los turistas también visitan asiduamente la Iglesia de la Misericordia, que se construyó en 1536 y que exhibe un altar de Santa Isabel y la imagen del llamado Senhor dos Passos, que se dice es una de las más hermosas de las Azores; así como el Fuerte San Blas o São Brás que fue construido para defender la población y el Museo de Santa María que tiene interesantes exhibiciones de cerámica y de tejidos.
En Santa María también se recomienda visitar la Capilla de Nuestra Señora de los Ángeles en la villa de Anjos en donde la tripulación de Cristóbal Colón rezó después del regreso de su viaje después del descubrimiento de América, así como la Iglesia de Nuestra Señora de la Purificación en Santo Espíritu, que tiene una fachada barroca del siglo dieciséis y que es una de las más hermosas de toda la isla. En esta ciudad tampoco se pueden perder el hermoso Farol de Gonçalo Velho.
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