Belmonte, vigilada desde lo alto por su castillo
El primer fuero de municipalidad de la ciudad de Belmonte fue otorgado por D. Sancho I. en el año de 1199 y todas las calles de esta antigua villa van a dar su castillo histórico, castillo que vigila desde lo alto este lugar que está ubicado en el Distrito de Castelo Branco, en Portugal.
Este Castillo de Belmonte, que se ha convertido en el símbolo de la ciudad del mismo nombre, tiene un simple y austero estilo arquitectónico que es interrumpido por una elegante ventana manuelina que contiene una esfera armilar que es asociada con D. Manuel I. y un escudo de armas de la Familia Cabral que tiene dos cabras. Entre los miembros ilustres de esa familia se encuentra Pedro Álvares Cabral, quien nació en esa ciudad en 1467, y descubrió a Brasil en el año 1500.
El Castillo, que puede ser fácilmente visitado y recorrido por los turistas, está a 615 metros sobre el nivel del mar y tiene una bella construcción en piedra de granito. En su lado sur occidental, junto a la muralla exterior, se encuentra la Torre de Menagem que tiene un estilo romántico y una terminación piramidal. Además desde allí se pueden tener excelentes vistas de la ciudad y se pueden presenciar hermosos atardeceres.
Al lado del Castillo se encuentra una pequeña iglesia dedicada a São Tiago y que tiene un estilo arquitectónico romano y gótico. Allí se encuentra una imagen de la Pietà esculpida en granito que es simplemente hermosa en su estilo tosco. Junto a esta iglesia se encuentra el panteón de la familia Cabral, en el que no se encuentran las cenizas de Pedro Álvares Cabral, que se encuentran el la Iglesia de Graça en Santarém.
Belmonte recibió una comunidad de judíos, en especial en el siglo quince, cuando aquellos que se escapaban de las persecuciones en Castilla conseguían refugio aquí. Ellos vivían en casas en el Distrito de Marrocos afuera de las murallas del castillo, en donde símbolos de sus profesiones como son las tijeras de costura, pueden aún ser vistas talladas en las puertas y buzones.
Esta población mantiene su atmósfera medieval de una manera maravillosa, tanto que allí parece que el tiempo no hubiera pasado, y permitió a los judíos preservar sus tradiciones, oraciones y costumbres en un ambiente de tolerancia que les ha permitido hasta fundar una nueva sinagoga, la Bet Eliahu.
Para saber más:
Foto 1 Vía: Nuno Tavares
Foto 2 Vía: pereiraalexandre20
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